Así es. No hay otra manera de salir de esta lesión.
Con reposo y fisioterapia lo superé, pero la cuestión era entonces poner los medios para no volver a pasar por esto, ya que este síndrome suele ser recurrente si no remedias las causas.
Tras muchas lecturas, conversaciones con otros corredores, y observando mis rutinas y vicios, tomé estas decisiones:
1) Cambiar a zapatillas minimalistas. No llego a la tendencia barefoot, pero correr con zapatillas con poco drop me ha hecho más consciente de mi técnica de carrera y mi pisada.
Tras probar muchos modelos y marcas, por fin encontré MIS ZAPATILLAS. Me siento tan cómoda con ellas que podría dormir calzada.
Son las Saucony Type A6 (de hombre)
2) Leer y aplicar las pautas de Danny Dreyer explicadas en su libro El correr chi.
3) Ejercitar y fortalecer cuádriceps. Para ello:
- Series de sentadillas y split dos días a la semana
- 45 minutos de nado libre dos días por semana
- Fitness con patines un día a la semana.
Patinar es un gran trabajo para las piernas pero después de un año con los patines en línea, no acababa de sentirme cómoda ni segura, así que acabo de pasarme a los quads que son más estables aunque la técnica es un poco más complicada. Y aquí estoy...
¡Aprendiendo a frenar!
4) Y, por supuesto, estirar muy bien después de cada entrenamiento.
¡Salud!